El desarrollo de la bicicleta a través de los personajes que han pedaleado.
La imaginación le puso dos ruedas al hombre y el mundo empezó a moverse de otra forma. Los personajes que pasan por estas páginas tuvieron sus mejores ideas mientras pedaleaban, conoce su impacto en la humanidad y las bicicletas que hicieron historia con ellos.
Presentan:
Mauricio Bares
Juan Alberto Vázquez
+ DJ: Güili Damage
+ Demostración de bici freestyle: Claudio Domínguez
+ Cerveza artesanal: Cosaco
Miércoles 30 de abril, 7:30 pm. Casa del Poeta (Salón Multiusos, entrar por la derecha). Álvaro Obregón 73, Col. Roma.
Tuesday, April 15, 2008
Monday, April 7, 2008
I Am the Fly
Me gusta esa canción y creo que cae muy bien en este momento en el que escribo algo sobre la revista. Pensé en “Human Fly” de los Cramps, la Mosca es demasiado humana, pero preferí empezar con la de Wire porque así me siento: un hijo de la Mosca. Algunas personas preguntan por qué he tardado en escribir sobre el receso, desean saber si acaso no me afecta la situación y por qué no he rasgado mi playera para mostrar solidaridad e indignación. Catorce años de colaborar en sus páginas me hacen sentir que soy parte de ella y que forma parte de mi vida. Pero sentí que no hacía falta precipitarse. La noticia sobre el receso la dieron varios blogs y medios como el Milenio Diario, W Radio y Reactor 105.7. Se dispersó rápido y los mensajes de apoyo llegaron de inmediato. En vez de tratar de ser el primero en dar la noticia (como algunos lo hicieron incluso antes de que Hugo lo hiciera oficial en su blog), preferí esperar a que las cosas se calmaran, leer lo que se publicaba sobre la revista y emprender otro tipo de iniciativas.
Estoy revisando la colección de la Mosca, conservo todos los ejemplares y algunos especiales. Conocí a Hugo en 1994 porque coincidimos en la sección cultural de El Financiero, él tenía su columna “Bajo Presupuesto” y yo colaboraba en una página de rock que el maestro Víctor Roura editaba con su mano dura, desde entonces hemos mantenido una relación cordial sin ser lo que se dice amigos. Empecé a escribir en la Mosca número seis, una nota sobre los Butthole Surfers, a partir de entonces colaboré regularmente en sus páginas con entrevistas, artículos, crónicas y la columna de libros “Las Semillas del Mal”.
Esa columna se convirtió en “Zig-Zag”, un espacio donde se puede pasar de un tema a otro sin más límite que las dos cuartillas y el marco lisérgico musical. En la Mosca vi la oportunidad de escribir lo que en ninguna otra revista publicarían: periodismo rockero, no sólo un catálogo de grupos y discos del momento, sino la cultura que gira en el universo del rock y los terrenos de enfrente, filtrado por la visión y el estilo personal de cada colaborador. Tuve la libertad de colaborar sin otro compromiso que el de darle a los lectores lo que a mí me gustaría leer en una revista rockera: libros y autores selectos, música y mujeres, substancias legales e ilegales, conciertos, tocadas y otros debrayes, periodismo y publicidad, viajes físicos y metafísicos, azotes personales, anécdotas, soledad, ficción, ocio, insomnio y basura. Un paraíso para colaborar, como ir a una escuela activa donde te dejan ser y hacer para crecer, salvo cuando se pierden los textos o se publican un año después…
Efectivamente, la Mosca fue como un hogar con madre para mí, siempre tuve las páginas abiertas, el equivalente a una casa cálida, una mesa servida con amor y una cama tendida. Sólo tu mamá te recibe así. En este blog, el “Zig-Zag” se amplió con otros temas como el arte y las bicicletas. Además, pude agregar el subtítulo de “lecturas para fumar” que siempre había deseado, en vez del incómodo “Contracultura” que le puso Hugo, a quien pedí eliminarlo.Hasta aquí la parte emo de I Am the Fly.
Considero que la Mosca ha sido la mejor revista rockera en México por cinco razones: a) va más allá del rock con espíritu crítico-experimental y buen sentido del humor, b) la calidad de sus colaboradores (excluyéndome, claro) que abrieron puertas, c) se convirtió en una referencia y guía musical para muchas personas, d) transformó ratos de abuirrimiento en momentos de sano desmadre, y e ) su permanencia, es la que más años ha sobrevivido a pesar de las adversidades del mercado de las revistas.
Por lo anterior ha sido una publicación atípica, sui generis, en particular por la diversidad de los colaboradores. Supongo que cada uno(a) tiene una historia diferente pero igual de entrañable. En suma, creo que la Mosca es un logro único en nuestro país por donde se le vea.
Pero eso no la exenta de tener graves defectos, Mosca Humana al fin, demasiado humana. Cierto es que los alcances y la persistencia de la revista se deben a la tenacidad de Hugo y a su pasión por el blues y el rock, a su oficio de escritor y periodista, pero también a la alta fidelidad de los lectores, al subsidio de la editorial innombrable y al esfuerzo desinteresado de todos los colaboradores (los pagos son simbólicos).
Que la Mosca ya no es la misma de antes, por supuesto que no, nadie es el mismo catorce años después, ¿o sí? Sería una estupidez pretender lo contrario. Es muy probable que la editorial haya dejado de publicarla, entre otras razones, porque se notó el descenso de las ventas. Esto es algo que se debe enfrentar: los viejos lectores han perdido el interés en la Mosca (tampoco son los mismos, me atrevo a pensar que la mayoría ya son profesionistas y respetables padres de familia), pero también los nuevos. Y es que ahora hay nuevas revistas hechas por gente más joven, que están al día, con ideas frescas, con el dominio de otros medios, otros lenguajes, otras perspectivas y otras inquietudes. Los hábitos de vida han cambiado tanto que la Mosca no le dice mucho a las nuevas generaciones. Los tiempos cambian y aunque todo parece igual, un eterno reciclaje, en realidad no lo es. Los números no mienten, son contundentes.También es cierto que el declive de la Mosca se debe al descuido editorial y, sobre todo, al comercial. Y aquí es a donde quería llegar. Esto se hizo evidente desde hace algún tiempo, situación que atribuí al desgaste y agotamiento natural de una publicación y que me llevó a concluir que la revista necesitaba renovarse y actualizarse en muchos aspectos, sobre todo en esos criterios editoriales, periodísticos y comerciales.
No pienso ahondar en lo que todos ya sabemos, las causas de esta crisis señaladas por muchos, prefiero referirme a lo que vi respecto al descuido publicitario que ha jodido a la revista durante toda su existencia y que fue el argumento de la editorial para tomar la decisión. Parece que en catorce años nadie se ocupó a fondo para conseguir la publicidad necesaria y creo que ésta es la principal razón del receso de la Mosca.
Los últimos dos años he trabajado en una agencia de publicidad para la marca Samsung. Desde ahí he propuesto en dos ocasiones a la Mosca para lanzar y anunciar los productos personales de la línea “Mgeneration” (2006 - 2007), ahora llamada “Music Adiction”: MP3, cámaras digitales y videocámaras. En repetidas ocasiones le he pedido a Hugo la información que solictan en la agencia para considerar a una revista en sus planes de medios. La mayoría de las publicaciones envían cada mes ejemplares y un documento en el que se informa acerca de sus tarifas de publicidad, tiraje, distribución y tipo de venta, perfil socio-económico del lector, fechas de cierre, especificaciones técnicas y medidas, etc. Así lo hacen Rolling Stone, R&R, Sónika, Marvin, Wrap, Indie Rocks y la recién desaparecida Switch, al igual que cientos de publicaciones de todo tipo. He insistido en proponer a la Mosca e incluso puse en contacto a Hugo con la ejecutiva de medios, hablaron y acordaron el proceso. Se supone que una persona de ventas de la editorial o de la revista nos proporcionaría todo… pero nunca recibimos la información, no llamaron y mucho menos vinieron. Me pregunto cuántos anunciantes se quedaron esperando así.
Por eso no me extraña la crisis. Como se sabe, ninguna publicación sobrevive sin publicidad y el equilibrio recomendable para mantener la salud financiera oscila entre 50% contenido y el otro de publicidad o 40-60. Hay publicaciones que suplen esto con el precio que castiga al lector o pagan mal a su personal y colaboradores (cuando les pagan). Los periodistas pueden colgarle a la publicidad todos los males que se les ocurran, en algún momento se dan cuenta de que gracias a ella tienen trabajo. Y por alguna inexplicable razón, la publicidad siempre fue descuidada tanto en la Mosca como en la editorial. Recuerdo que hubo algunos intentos (Vans, Axe), pero esto requiere de continuidad y una verdadera labor de venta y postventa, un equipo entrenado y feroz, con ciertas habilidades… pero hasta donde sé, el equipo de la editorial son unas viejitas y unos ruquitos cubiertos de polvo y telarañas, casi casi unas momias.
Era de esperarse que algo así sucedería en algún momento. Le acaba de suceder a otra revista, literalmente le bajaron el Switch, y hasta la fecha no he leído ni he sabido algo al respecto de ella. ¿Alguien se ha tomado la molestia de dar esa noticia y enviarle el pésame a su ex director Rafael Gómez? Sé de otras publicaciones respetables que están a un pasito tun-tún de abandonar la pista de baile, lo cual no es nuevo pero sí un indicador de que la crisis en el mercado de las revistas se agudizó durante el primer trimestre del año. Habrá que observar lo que viene, en particular para las publicaciones musicales y las llamadas culturales.Acostumbrado a que la vida dé vueltas como una moneda en el aire, veo a la Mosca y a Hugo en una situación similar con la diferencia de que la revista y su director tienen alas para volar. Conozco bien el desempleo, de hecho, me he vuelto un profesional para buscar trabajo y sé a lo que te enfrentas cuando te quedas sin él. Curiosamente, pasé por una situación similar, en mi caso perdí una revista de tres años. Si has estado en esos zapatos sabes lo apremiante que se vuelve estar al día con todos los pagos (no olvidemos que vivimos para pagar). Ante este tipo de situaciones adversas sólo tienes tus habilidades para librarla… y la pequeña ayuda de los cuates. A Hugo le cayeron varias invitaciones para colaborar en distintos medios y eso me pareció una forma práctica e inmediata de solidaridad. Justo en esos días me encontraba en busca de una persona para la corrección de estilo del libro que estoy por publicar. ¿Quién mejor que él, que ha corregido mis textos durante estos años y conoce mis vicios al escribir, para meterle mano al libro? Hizo una estupenda revisión y le deposité sus honorarios al día siguiente.
¿Por qué menciono esto? Para publicar el libro me asocié con un amigo que se interesó en la Mosca, desea platicar con Hugo para estudiar la posibilidad de seguir publicándola, cosa que no será nada fácil porque el dueño cambió de opinión y ahora le puso un precio muy alto: 350 mil pesos por el nombre, el logotipo y los derechos. Me parece muy curioso que ahora se hable de la Mosca como de una marca comercial, siendo que ese aspecto de “construir la marca” estuvo abandonado.
Pero, parafraseando al buen Juan Tse Tung, una vez asentado el fondo las cosas se ven con claridad. Sé que hay buenos deseos, apoyo e ideas de los lectores, colaboradores y amigos de la Mosca. Viendo la situación desde aquí, ¿cuáles son los escenarios principales? Veo tres: Que la Mosca no reaparezca. Que sí. Y que lo haga con otro título y nueva imagen. En esos tres escenarios las posibilidades son numerosas, cualquier cosa puede suceder.
Hasta el momento he sido el contacto entre mi amigo y Hugo para concertar la cita y revisar el tema, sucederá cuando nos dé fecha… Sucede que hay otros editores interesados en publicar la Mosca y Hugo quiere analizar cada opción detenidamente, sin embargo, con el precio que Jaime Flores le puso a sus alas la incertidumbre es mayor. Ante este panorama, me inclino a pensar que la revista podrá reaparecer con otro nombre y otro ropaje, quizá mismo formato y contenido mejorado, lo cual no considero nada mal si pensamos en la renovación y la actualización que ya le hacía falta. Ahora sólo nos queda esperar a que Hugo nos dé señales para sentarnos a platicar… o la buena noticia de que la vieja nueva Mosca despega de nuevo.
Estoy revisando la colección de la Mosca, conservo todos los ejemplares y algunos especiales. Conocí a Hugo en 1994 porque coincidimos en la sección cultural de El Financiero, él tenía su columna “Bajo Presupuesto” y yo colaboraba en una página de rock que el maestro Víctor Roura editaba con su mano dura, desde entonces hemos mantenido una relación cordial sin ser lo que se dice amigos. Empecé a escribir en la Mosca número seis, una nota sobre los Butthole Surfers, a partir de entonces colaboré regularmente en sus páginas con entrevistas, artículos, crónicas y la columna de libros “Las Semillas del Mal”.
Esa columna se convirtió en “Zig-Zag”, un espacio donde se puede pasar de un tema a otro sin más límite que las dos cuartillas y el marco lisérgico musical. En la Mosca vi la oportunidad de escribir lo que en ninguna otra revista publicarían: periodismo rockero, no sólo un catálogo de grupos y discos del momento, sino la cultura que gira en el universo del rock y los terrenos de enfrente, filtrado por la visión y el estilo personal de cada colaborador. Tuve la libertad de colaborar sin otro compromiso que el de darle a los lectores lo que a mí me gustaría leer en una revista rockera: libros y autores selectos, música y mujeres, substancias legales e ilegales, conciertos, tocadas y otros debrayes, periodismo y publicidad, viajes físicos y metafísicos, azotes personales, anécdotas, soledad, ficción, ocio, insomnio y basura. Un paraíso para colaborar, como ir a una escuela activa donde te dejan ser y hacer para crecer, salvo cuando se pierden los textos o se publican un año después…
Efectivamente, la Mosca fue como un hogar con madre para mí, siempre tuve las páginas abiertas, el equivalente a una casa cálida, una mesa servida con amor y una cama tendida. Sólo tu mamá te recibe así. En este blog, el “Zig-Zag” se amplió con otros temas como el arte y las bicicletas. Además, pude agregar el subtítulo de “lecturas para fumar” que siempre había deseado, en vez del incómodo “Contracultura” que le puso Hugo, a quien pedí eliminarlo.Hasta aquí la parte emo de I Am the Fly.
Considero que la Mosca ha sido la mejor revista rockera en México por cinco razones: a) va más allá del rock con espíritu crítico-experimental y buen sentido del humor, b) la calidad de sus colaboradores (excluyéndome, claro) que abrieron puertas, c) se convirtió en una referencia y guía musical para muchas personas, d) transformó ratos de abuirrimiento en momentos de sano desmadre, y e ) su permanencia, es la que más años ha sobrevivido a pesar de las adversidades del mercado de las revistas.
Por lo anterior ha sido una publicación atípica, sui generis, en particular por la diversidad de los colaboradores. Supongo que cada uno(a) tiene una historia diferente pero igual de entrañable. En suma, creo que la Mosca es un logro único en nuestro país por donde se le vea.
Pero eso no la exenta de tener graves defectos, Mosca Humana al fin, demasiado humana. Cierto es que los alcances y la persistencia de la revista se deben a la tenacidad de Hugo y a su pasión por el blues y el rock, a su oficio de escritor y periodista, pero también a la alta fidelidad de los lectores, al subsidio de la editorial innombrable y al esfuerzo desinteresado de todos los colaboradores (los pagos son simbólicos).
Que la Mosca ya no es la misma de antes, por supuesto que no, nadie es el mismo catorce años después, ¿o sí? Sería una estupidez pretender lo contrario. Es muy probable que la editorial haya dejado de publicarla, entre otras razones, porque se notó el descenso de las ventas. Esto es algo que se debe enfrentar: los viejos lectores han perdido el interés en la Mosca (tampoco son los mismos, me atrevo a pensar que la mayoría ya son profesionistas y respetables padres de familia), pero también los nuevos. Y es que ahora hay nuevas revistas hechas por gente más joven, que están al día, con ideas frescas, con el dominio de otros medios, otros lenguajes, otras perspectivas y otras inquietudes. Los hábitos de vida han cambiado tanto que la Mosca no le dice mucho a las nuevas generaciones. Los tiempos cambian y aunque todo parece igual, un eterno reciclaje, en realidad no lo es. Los números no mienten, son contundentes.También es cierto que el declive de la Mosca se debe al descuido editorial y, sobre todo, al comercial. Y aquí es a donde quería llegar. Esto se hizo evidente desde hace algún tiempo, situación que atribuí al desgaste y agotamiento natural de una publicación y que me llevó a concluir que la revista necesitaba renovarse y actualizarse en muchos aspectos, sobre todo en esos criterios editoriales, periodísticos y comerciales.
No pienso ahondar en lo que todos ya sabemos, las causas de esta crisis señaladas por muchos, prefiero referirme a lo que vi respecto al descuido publicitario que ha jodido a la revista durante toda su existencia y que fue el argumento de la editorial para tomar la decisión. Parece que en catorce años nadie se ocupó a fondo para conseguir la publicidad necesaria y creo que ésta es la principal razón del receso de la Mosca.
Los últimos dos años he trabajado en una agencia de publicidad para la marca Samsung. Desde ahí he propuesto en dos ocasiones a la Mosca para lanzar y anunciar los productos personales de la línea “Mgeneration” (2006 - 2007), ahora llamada “Music Adiction”: MP3, cámaras digitales y videocámaras. En repetidas ocasiones le he pedido a Hugo la información que solictan en la agencia para considerar a una revista en sus planes de medios. La mayoría de las publicaciones envían cada mes ejemplares y un documento en el que se informa acerca de sus tarifas de publicidad, tiraje, distribución y tipo de venta, perfil socio-económico del lector, fechas de cierre, especificaciones técnicas y medidas, etc. Así lo hacen Rolling Stone, R&R, Sónika, Marvin, Wrap, Indie Rocks y la recién desaparecida Switch, al igual que cientos de publicaciones de todo tipo. He insistido en proponer a la Mosca e incluso puse en contacto a Hugo con la ejecutiva de medios, hablaron y acordaron el proceso. Se supone que una persona de ventas de la editorial o de la revista nos proporcionaría todo… pero nunca recibimos la información, no llamaron y mucho menos vinieron. Me pregunto cuántos anunciantes se quedaron esperando así.
Por eso no me extraña la crisis. Como se sabe, ninguna publicación sobrevive sin publicidad y el equilibrio recomendable para mantener la salud financiera oscila entre 50% contenido y el otro de publicidad o 40-60. Hay publicaciones que suplen esto con el precio que castiga al lector o pagan mal a su personal y colaboradores (cuando les pagan). Los periodistas pueden colgarle a la publicidad todos los males que se les ocurran, en algún momento se dan cuenta de que gracias a ella tienen trabajo. Y por alguna inexplicable razón, la publicidad siempre fue descuidada tanto en la Mosca como en la editorial. Recuerdo que hubo algunos intentos (Vans, Axe), pero esto requiere de continuidad y una verdadera labor de venta y postventa, un equipo entrenado y feroz, con ciertas habilidades… pero hasta donde sé, el equipo de la editorial son unas viejitas y unos ruquitos cubiertos de polvo y telarañas, casi casi unas momias.
Era de esperarse que algo así sucedería en algún momento. Le acaba de suceder a otra revista, literalmente le bajaron el Switch, y hasta la fecha no he leído ni he sabido algo al respecto de ella. ¿Alguien se ha tomado la molestia de dar esa noticia y enviarle el pésame a su ex director Rafael Gómez? Sé de otras publicaciones respetables que están a un pasito tun-tún de abandonar la pista de baile, lo cual no es nuevo pero sí un indicador de que la crisis en el mercado de las revistas se agudizó durante el primer trimestre del año. Habrá que observar lo que viene, en particular para las publicaciones musicales y las llamadas culturales.Acostumbrado a que la vida dé vueltas como una moneda en el aire, veo a la Mosca y a Hugo en una situación similar con la diferencia de que la revista y su director tienen alas para volar. Conozco bien el desempleo, de hecho, me he vuelto un profesional para buscar trabajo y sé a lo que te enfrentas cuando te quedas sin él. Curiosamente, pasé por una situación similar, en mi caso perdí una revista de tres años. Si has estado en esos zapatos sabes lo apremiante que se vuelve estar al día con todos los pagos (no olvidemos que vivimos para pagar). Ante este tipo de situaciones adversas sólo tienes tus habilidades para librarla… y la pequeña ayuda de los cuates. A Hugo le cayeron varias invitaciones para colaborar en distintos medios y eso me pareció una forma práctica e inmediata de solidaridad. Justo en esos días me encontraba en busca de una persona para la corrección de estilo del libro que estoy por publicar. ¿Quién mejor que él, que ha corregido mis textos durante estos años y conoce mis vicios al escribir, para meterle mano al libro? Hizo una estupenda revisión y le deposité sus honorarios al día siguiente.
¿Por qué menciono esto? Para publicar el libro me asocié con un amigo que se interesó en la Mosca, desea platicar con Hugo para estudiar la posibilidad de seguir publicándola, cosa que no será nada fácil porque el dueño cambió de opinión y ahora le puso un precio muy alto: 350 mil pesos por el nombre, el logotipo y los derechos. Me parece muy curioso que ahora se hable de la Mosca como de una marca comercial, siendo que ese aspecto de “construir la marca” estuvo abandonado.
Pero, parafraseando al buen Juan Tse Tung, una vez asentado el fondo las cosas se ven con claridad. Sé que hay buenos deseos, apoyo e ideas de los lectores, colaboradores y amigos de la Mosca. Viendo la situación desde aquí, ¿cuáles son los escenarios principales? Veo tres: Que la Mosca no reaparezca. Que sí. Y que lo haga con otro título y nueva imagen. En esos tres escenarios las posibilidades son numerosas, cualquier cosa puede suceder.
Hasta el momento he sido el contacto entre mi amigo y Hugo para concertar la cita y revisar el tema, sucederá cuando nos dé fecha… Sucede que hay otros editores interesados en publicar la Mosca y Hugo quiere analizar cada opción detenidamente, sin embargo, con el precio que Jaime Flores le puso a sus alas la incertidumbre es mayor. Ante este panorama, me inclino a pensar que la revista podrá reaparecer con otro nombre y otro ropaje, quizá mismo formato y contenido mejorado, lo cual no considero nada mal si pensamos en la renovación y la actualización que ya le hacía falta. Ahora sólo nos queda esperar a que Hugo nos dé señales para sentarnos a platicar… o la buena noticia de que la vieja nueva Mosca despega de nuevo.
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