Monday, August 1, 2011

Las marcas de la bicicleta

Sangre, sudor y ruedas

Una pasión en la vida te deja marcado para siempre. En el caso de los ciclistas y otros biciosos, la vida misma es como un paseo en bicicleta: tiene subidas y bajadas, vueltas y caídas. Son éstas, precisamente, las que te marcan con cierta dosis de dolor y sufrimiento. De acuerdo con Antonio Escohotado, dolor es un clavo atravesado en la mano, sufrimiento es la cicatriz que deja. Sucede lo mismo con los golpes y accidentes en rila, pueden dejar lesiones profundas en el cuerpo y casi siempre cicatrices en la piel. No existe pasión sin sufrimiento.

Si quieres saber qué tan ciclista es alguien que se precia de serlo, sólo mira sus pantorrillas. Para los cletos estas cicatrices son la prueba irrefutable de su pasión. Aferrados a la bici en todas sus modalidades de riesgo (a varios les ha costado la vida) con los que podríamos trazar un árbol genealógico en el que estarían incluidos los urbanos, que van de los bicimensajeros y los fixed a los freeriders, lowriders, freestylers, BMX streeters, flatlanders y trackers. En otra categoría están los ruteros, road y racers, los ciclistas de pista y los cicloturistas alforjeros. La montaña es otra rama que va del cross country al downhill, los hay freeriders, agressive all mountain y trial.
Todos estos estilos de pedalear se distinguen por las secuelas y rastros que van dejando. Son medallas corporales que se llevan con orgullo porque avalan al portador, alguien que ha logrado cruzar al otro lado de la diversión: al extremo de la pasión. Las cicatrices se coleccionan en las espinillas, pantorrillas, rodillas, antebrazos, codos, hombros y en ocasiones, desafortunadamente, en la cabeza.
Los ciclistas, además, suelen llevar otro tipo de marcas en la piel. Éstas son decorativas y voluntarias, realizadas con talento y tintas de colores indelebles. Los tatuajes constituyen otra forma de expresar la pasión por la bicicleta y el ciclismo como estilo de vida. Y, como sucede en otros ámbitos de la vida, también forman parte de un código de identidad y pertenencia a un grupo, inscrito en una comunidad más grande. Significa que la bicicleta es parte de ti, que la llevas por dentro todo el tiempo. Que el ciclismo es tu ideología y tu religión. Es una señal de empatía con tu tribu, con la gente rodante y con la propia máquina de propulsión humana, dado que al pedalear eres uno con ella.
Es difícil decir en qué momento los ciclistas empezaron a tatuarse como parte de su ritual bicicletero (también lo han hecho basquetbolistas, skaters, surfers y futbolistas). Se popularizó en los ochenta y los noventa entre las tribus del ciclismo que establecieron sus códigos de tinta en la piel y empezaron a identificarse aunque no fueran montados en la bici. Principalmente los riders del bmx freestyle, los ciclo mensajeros fixed, los freeriders de montaña y ciudad, los lowriders chicanos, así como los ciclistas de ruta profesionales. David Clinger, del equipo Webcor, causó controversia en 2008 al cubrirse el rostro y la cabeza con un tatuaje maorí, a sus patrocinadores no les causó ninguna gracia.
Las bicicletas y los tatuajes están de moda y se perfilan como tendencias, cada día hay más personas que se suben a la bici y la adoptan como deporte y medio de transporte, así como más personas que decoran su piel. Todos ellos han encontrado en la bicicleta el motivo saludable para lucir el arte en su cuerpo al pedalear.
Se acostumbran los tatuajes sobre ciclismo, bicis de todo tipo, piezas, ruedas, cadenas y estrellas de transmisión, que muchas veces forman parte del logotipo de cada grupo. También señalizaciones, ciclistas famosos, marcas, iconos y frases célebres del universo cletero. Los ciclo montañistas prefieren los diseños tribales y toda una fauna de animales, aves y peces que representan la libertad, la fuerza, la tenacidad y la velocidad. También se dan los cráneos (deadheads), los seres mitológicos emplumados y, sobre todo, los ángeles sobre ruedas. Las alas son un motivo especial entre los biciosos porque en bicicleta caminas en el aire y vuelas con los pies.
Si tienes bicicleta, un tatuaje es el mejor complemento para hacerte visible y lucir bien; por el contrario, si ya tienes los tatuajes y no cuentas con una bici, ¿qué esperas para hacerte de un par de ruedas?