Thursday, January 28, 2010

Riff-Raff

El rock en la obra de Rafael Sánchez de Icaza


1. Satélite RocksPuedo escuchar los colores que Rafael pinta. Cada pincelada que da es un acorde musical, el color vibra con un sonido propio. En 1983 fue mi maestro en el taller de artes plásticas en la secundaria del Cristóbal Colón. En aquel colegio donde prohibieron el intercambio de discos, el taller era un oasis libertario más divertido que soldar cables, martillar tablas o teclear una Olivetti. Además, era el único lugar de la escuela donde sonaba el rock. Una vieja grabadora portátil Panasonic de contrabando resistía los embates de AC/DC, Black Sabbath, Blue Oyster Cult, Iron Maiden, Rush… otras veces pintábamos y Rafael tocaba la guitarra y cantaba canciones suyas, de Serrat y de Jaime López.El conecte de rock lo hacíamos afuera del colegio por un siniestro hermano lasallista. Llevar un disco te podía costar un garrotazo. Así fue como una tarde llegué a la casa de Rafael para realizar un intercambio, lo recuerdo muy bien: Remain in Light de The Talking Heads por Physical Graffiti de Led Zeppelin. Ese día conocí su colección y quedé boquiabierto, no imaginaba que alguien pudiera tener tal cantidad de acetatos. Desde entonces frecuento su casa.En esos años había un antro rockero en nuestra comarca de neón, el Satélite Rocks, donde tocaban los grupos del momento y locales como Axis y Purple Haze. Entonces Rafael hacía un performance ahí, algo que vi veinte años después en el Multiforo Alicia: capturar con el pincel a los grupos en el escenario. Mientras tocaban, él retrataba con pinceladas veloces la movida ochentera, encabezada por Ritmo Peligroso, Kenny y los Eléctricos y Los Clips.

2. Píntalo de Negro
Sí, pero ponle de todo para que no le falte nada. Mis caídas a su casa se hicieron frecuentes. Eran tardes en su estudio escuchando música, él pintando y yo metido en sus discos, tocando canciones de Frank Zappa, Jimi Hendrix, The Rolling Stones… es un ecléctico radical, pero cuando lo visito escuchamos rock, lo saca él o lo saco yo. Así hemos revisado las seis décadas del ritmo, desde Elvis y Bill Halley hasta The Flaming Lips y The Dandy Warhols.Las visitas también se hicieron más pesadas. Cierta ocasión, Rafael pensaba en guitarras eléctricas y buscaba referencias para trazar una. Revisamos sus discos, hicimos un casting de portadas y se nos ocurrió que la del Deepest Purple podría servir. Lo mejor del grupo que llevaba por nombre un color. Encontramos la Fender Stratocaster de Ritchie Blackmore lanzando chispas sobre el morado profundo. Cuando el disco empezó a girar en el estéreo generando una espiral distorsionada, Rafael empezó a pintar los colores eléctricos.Históricamente es un artista posmoderno, un creador sin vanguardia. Su periodo neoexpresionista de los ochenta, el punk en la pintura, evolucionó con los años. He tenido la suerte de presenciar su experimentación y reinvención, atestiguar que a partir de tres colores puedes crear un mundo, como el minimalismo de The Ramones y sus tres acordes. Puedes hacerlo con un lápiz y un trozo de papel, el hombre y su guitarra. Y comprender la importancia de la luz en el color. Más que la cuestión física que conocemos por la portada de Dark Side of the Moon de Pink Floyd, esto lo intuí en la obra de Rafael porque acostumbra pintar de noche y colocarse en sus cuadros como un foco, una luna o un sol; a veces a la vista, otras oculto. Es nocturno para trabajar (sospeché que bebía sangre de toro cual vampiro de la Plaza México), y parafraseando a Yes, correr a través de la luz es posible usando los colores como escalones. Este dominio se lo debe a Claude Monet, que brilló en su tiempo como el pintor de la luz.

3. Azúcar Azul en la Casa Roja
La música ha sido una influencia en la obra de Rafael y uno de sus temas recurrentes. En su producción hay jazzistas, trovadores, flamencos, tríos, pianistas y rockeros, realizados en distintas épocas, en los que puede apreciarse su paso por las corrientes que lo han llevado al surrealismo geométrico: del impresionismo de Monet al expresionismo de Van Gogh (padre de los colores ácidos), del surrealismo de Magritte y de Chirico al cubismo de Picasso, del abstracto de Miró al pop art de Peter Blake, quien hizo pinturas de Bo Diddley, The Everly Brothers y The Beatles, una de ellas es la que realizó con su esposa Jan Haworth, el collage original del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band.Rafael tiene diversos trabajos sobre El Cuarteto de Liverpool, el grupo definitivo, y el rock. Conservo enmarcado un palomazo pop sobre los cincuenta y los ochenta: un rocker y un stray cat unidos por una cadena de notas brillantes. Lo hizo con pastel una tarde que escuchábamos rockabilly. Y el gran cuadro neoexpresionista de Café Tacuba en el que atrapa al grupo de Satélite en vivo. Recientemente publicó unos apuntes a lápiz y supe que estaba perdido. Ahora trata de recuperarlo digitalmente a partir de las fotografías de una exposición.
El rescate digital pronto unirá las partes...Veintiséis años después, la colección de acetatos es un estorbo ante el MP3. El rock sigue mutando, reciclándose y reproduciéndose en la Red. Rafael sigue trabajando en otra etapa de innovación creativa, en la que convergen los que considero sus dos principales influencias, Salvador Dalí y Pablo Picasso. Ha sido un renovador del arte taurino con propuestas de la fiesta brava que engrandecen aún más al toro de lidia. He estado frente a toros abrumadores de Rafael parecidos a bestias de metal pesado que salen del infierno a la arena arrojando fuego. Por eso salió del ruedo en 2002 con el primer lugar en el concurso internacional de pintura taurina Toresma II en Madrid, España. Hoy sigue enalteciendo a este gran animal, sólo que ahora su temática es ilimitada como la materia de los sueños: la religión y los seres divinos, las tradiciones y costumbres de la cultura popular, las raíces prehispánicas, las abstracciones y las historias del subconsciente, los extraños mundos que existen en sus pinturas, donde la lógica sucumbe ante la imaginación.Estoy al tanto de su obra por el blog y sus pinturas siguen surtiendo el mismo efecto de sinestesia musical. “Parece una canción de Count Basie”, le comenté en facebook acerca de un cuadro que me sonaba a Blue Sugar. Termino de escribir estas líneas escuchando Red House de Hendrix con su requinto monumental. Ahora que lo pienso, somos dos mexicanos negros del corazón. Lo que más aprecio del Maestro es el arte de la amistad.
* Texto para el libro de Rafael Sánchez de Icaza, Pintografía. Del lirismo al surrealismo geométrico, de próxima aparición.

7 comments:

Elis D. said...

a que fregonada de cuadros, los colores las formas , excelente trabajo, saludos!!!!

El Hombre Mojon said...

De verdad, te la rifaste con el post, que cuadros tan chingones! y aunque no se ni madres sobre pintura, cualquiera puede notar que son algo maravilloso. Rafael es un gran artista. Mis felicitaciones para los dos.

Paul Medrano said...

puf, qué picudísimas obras y buenos deseos al libro. Saludos master

Juan Carlos Gutiérrez Mercado said...

Master Rogelio:

Usted trae a la pintura como una gran amiga... No olvidemos el trabajo de su hermana para saber que, mas allá de la amistad con Rafael, tienes nociones grandes de lo que hablas... Por lo demás, de la obra del buen Rafa, me llama la atención su última faceta: más madura, más completa, más aterrizada en una temática y estilo.

Me gusto. Punto

Checo Ramírez said...
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Checo Ramírez said...

orale, esta bien chingona la evolucion de su trabajo, asi deben ser la mayoria de los artistas y bueno todo en general, no estancarse y explorar nuevos rumbos aunque sean misteriosos....ya vere su demas chamba en su blog. Y como siempre un buen escrito de usted, muy expresivo y de esas historias que , que importa que pasen desapercibidas ante los demas, mientras se mantengan vivas y continuas como la amistad. yeah yeeah rock hecho pintura!!!
ratisimo que no pasaba por aqui...

Rogelio Garza said...

Checo, vuelve pronto, compa.