
Take your lovely daughter and throw her in the well.
Country Death Song. Violent Femmes
El tema de los progenitores que matan a sus hijos se remonta a las tragedias griegas y a las sagradas escrituras. El filicidio está presente en Medea, de Eurípides, y se encuentra en la Biblia católica. En el Génesis 22, Abraham estaba a punto de sacrificar a su primogénito Isaac por indicación divina cuando la voz de un ángel lo detuvo. El mismo Dios que, por cierto, entregó a su hijo a los hombres sabiendo que lo iban a matar. También lo vemos en la reciente película del director Tim Babas, Paulette en el País de las Pesadillas, un fenómeno mediático durante la Semana Santa que llevó a la opinión pública a crucificar a la villana antes que al Cristo de Iztapalapa.
La campaña de publicidad “Ayúdame a regresar a mi casa” se merece un premio Efectivie Wonder de Oro, movilizó a los medios informativos, a las redes y a las multitudes, enternecidos e indignados por la niña de cuatro años que desapareció de su cuarto en un lujoso departamento de Huixquilucan. Drama plus: la pequeña padecía una discapacidad y necesitaba atención especial. Su imagen inundó las calles, las pantallas y los monitores. Nadie había pedido rescate. Sin secuestro se abrió un gran misterio…

I think she will know.
White Rabbit. Jefferson Airplane
Producida por la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, Paulette en el País de las Pesadillas es un prodigio visual. Pero gracias al giro argumental que le dio Tim Babas, fabricante de pesadillas infantiles inolvidables, se convierte en una película mediocre. Tiene la virtud de enganchar, empieza contando la historia que se espera ver, los casos de las niñas Madeleine McCann (2007) y el de Isabella Nardoni (2008), con los que estamos familiarizados, y la adaptación a dibujos animados que hizo Disney en 1951. El agasajo óptico en 3D transcurre a pedir de boca, con ganas de probar cada hongo que sale al paso, hasta que el director le da el giro para contarnos su historia. Hay personajes logrados, como la Oruga, el Gato de Cheshire y la cabezona Reina Roja (interpretada magistralmente por Lisette Farah), pero otros fallidísimos, particularmente el Sombrerero. La música de Elfman es impecable. Sin embargo, los cambios de trama no convencen a nadie.


instead of mental hospitals.
Kill your sons. Lou Reed
¿Qué monstruo pudo asfixiar a una niña indefensa? Alcanzábamos los niveles máximos de indignación e intolerancia cuando el director aplicó el segundo twist a un guión retorcido con el cual estuvimos de acuerdo: la Reina Roja era la principal sospechosa. Por su actuación y contradicciones estábamos seguros que ella era la asesina. ¡Poca madre! ¡Crucifíquenla!
Al parecer la película estaba resuelta, la turba le cortaría la cabeza a la Reina Roja. Entonces, en una maniobra que dejaría con el ojo cuadrado al Magazo, Babas introdujo a tres nuevos sospechosos, cuates de la Reina: primero su vecino e instructor de gimnasio, luego una compa de parranda apodada “La China”, en seguida un comerciante de importaciones. La aparición improvisada de este trío, salido de la manga de Beto el Boticario, no le cuadró ni al Pájaro Dodo. Acto seguido, levanta el arraigo estelar, en lo que el público calificó como el “toque mágico” que hizo bailar al perro y, en este caso, también lo hizo hablar en la película. Los privilegios de la realeza. Aquí es donde se le cae la cinta al master Babs, muchos recursos y efectos especiales no salvan una mala película. Sus movidas son infumables como la pipa de la Oruga azul y ya dijo que no tiene fecha para dar a conocer las causas y los culpables. Las escenas del entierro, con sus plañideras que lloriqueaban "Te queremos, Paulette, nunca cambies", son como una burla a la inteligencia del espectador. Ya pasó un mes de que la encontraron, ya vino el FBI, ya intervino el Gober Bonito pero Gandalla, y parece que este largometraje va para Otra Historia sin Fin. El Gober ha tenido que salir al quite porque sus achichincles no hacen bien el trabajo y se habla de que este caso puede costarle la presidencia que tanto saborea.

1) En este tipo de películas donde hay varios sospechosos de una muerte sospechosa, generalmente se cumple una regla de oro: fue el mudito. O el sordito. O la abuelita. El más inocente en apariencia y actitud, el personaje del que nadie sospecha, ése fue.
2) El otro método de llegar al culpable es volver a los griegos, remitirse a la sabiduría de las Fábulas de Esopo. En los Toros y las Ranas, algunas ranas observaban una pelea entre dos toros, cuando uno de ellos cayó y las aplastó. Moraleja: siempre que pelean los grandes y poderosos, los pequeños y los débiles mueren.