Wednesday, April 4, 2007

Gobierno Bicicletero


(Arte: Rafael Sánchez de Icaza)
Existen vestigios de la bicicleta que se remontan a los antiguos egipcios, los griegos y los romanos. Al Código Atlántico de Leonardo da Vinci (1493). Al Celerífero del francés Conde de Sivrac (1790) y a la Draisina de Karl Friedrich Drais von Sauerbronn (1816). Al Velocípedo con pedales del escocés Kirkpatrick Macmillan (1893) y con palancas del francés Henry Michaux (1861)… Pero en la ciudad de México aplica el “más vale tarde que nunca” porque los funcionarios del Gobierno del Distrito Sideral se acaban de enterar, apenas ayer, que existe un medio de transporte de propulsión humana con dos ruedas.
El dos de abril entró en vigor la indicación de Marcelo Ebrard a los funcionarios del Gobierno del D.F. para que el primer lunes de cada mes vayan a trabajar en bicicleta. Algunos se desentendieron del asunto, como Joel Ortega, secretario de Seguridad Pública, argumentando que no pensaba “arriesgar su vida en bicicleta”. Esto nos da una idea de la profundidad del problema que representan las mentalidades prehistóricas.
Otros acudieron a regañadientes y tuvieron “apoyo logísitico” para acercarse al trabajo en sus camionetas y pedalear un poco, así como para salir en la foto y ya. Los menos acudieron gustosos, entre ellos
Arturo Aispuro, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, que prometió llegar a trabajar todos los días en bicicleta. Pues cómo no lo iba a disfrutar si iba en una Felt de ruta. Axel Didriksson, secretario de Educación, es el único deportista entre los funcionarios, practica la natación una hora al día y pedalea los fines de semana. Con razón monta una Orbea de montaña. Rodolfo Félix Cárdenas, procurador capitalino, con una comitiva de 70 funcionarios atrás de él, llegó a trabajar en una Alubike de montaña de la nueva serie K+RBO. El que más me impresionó fue Fernando Meléndez, asesor de Ebrard en materia de transporte sustentable y medio ambiente, llegó en su modelo Prompton portátil (¿o era la versión mexicana de Mercurio?), pedaleando sin problemas a pesar del Mal de Parkinson que padece. Estoy seguro que la idea de los funcionarios en cleta fue de él.

(Arte: Acamonchi)
Y el propio Ebrard, quien recorrió 5.5 kilómetros encabezando un desfile bicicletero, se pasó tres altos y los policías le abrieron el paso. Al final dijo lo que todos ignorábamos: “En la capital no hay una cultura de respeto a los ciclistas.” ¡AAAAH! ¿TE CAEEE? ¡No mames, esto merece una ovación! ¡Al fin alguien se dio cuenta! Inimaginable lo que hubiera dicho si sale a pedalear como cualquier ciudadano común y corriente en condiciones normales… Otro que descubrió el hilo negro fue Armando Quintero, secretario de Transporte y Vialidad, quien descubrió “la gran cantidad de obstáculos que deben sortear las personas que se transportan en bici” y “la falta de cultura vial de los conductores que se cierran y se estacionan en doble fila”. Me cuesta trabajo creerles, ¿en serio lo acaban de descubrir? Menos mal que se dieron cuenta de una situación a la que nunca se le ha prestado atención y piensan (o al menos eso dicen) hacer algo al respecto (la “ciclopista” de López Obrador es un caminito pintado sobre las calles y las banquetas, improvisado y peligroso).
Está bien que los funcionarios usen la bicicleta, a ver cuánto les duran las buenas intenciones. Pero no me extraña que su iniciativa sea parcial. Su estrecha visión de funcionarios no les permite ver más allá. Una cosa es lo que llaman la “cultura vial”, educar a los automovilistas para que aprendan a respetar al ciclista. Y otra cosa es la “cultura de la bicicleta”, incorporar este invento genial a nuestros estilos de vida y actividades cotidianas, como se hace en otros países: educación, fomento, infraestructura, facilidades, apoyos y actividades. Una parte es amaestrar a los automovilistas, eso urge, pero sólo es una parte. Lo que no ven es la otra mitad, fomentar el uso de este vehículo entre la población e integrarlo a la vida diaria desde la niñez. Por supuesto que esto no excluye a nadie. Efectivamente, falta una cultura vial (y calles bien pavimentadas), pero también una cultura de la bicicleta.

(Arte: Karina Gallo)

4 comments:

Karla Nerea Valencia said...

**-
¿Se puede concluir entonces: qué el gobierno va sobre ruedas?..

O cómo dijera un dentista:
"A pedir de boca"...

O un Capitan Naval:
"Viento en popa"

Ya ni sé ni lo que digo.
Muy buenas análogias.

Salu2.
Baik **-

Gabriela Clayton said...

buen resumen, yo lo estuve checando por TV, y al menos botanas se veían, definitivamente la bicicleta facilitaria muchas cosas en una ciudad como el DF, pero por ejemplo acá, en Toluca, y desde mi perspectiva de conductora, los ciclistas son un peligro más! todo mundo (las 2 partes) están totalmente maleducadas

espero que The Field no te decepcione

Ali Heredia said...

ya nos regalara el gobierno cletas estaticas

Jj said...

Hasta me puse a tararear aquella rola pre-revolucionaria llamada "Las Bicicletas"... ¿o era Jesusita en Chihuahua? Ahhh, es igual.